Lleno de belleza natural y rica diversidad, Brasil se viene revelando como uno de los mejores destinos para el Turismo Comunitario, valorando la identidad cultural de las comunidades, la convivencia y el aprendizaje con una realidad diferente a la que los turistas están acostumbrados
A todo el mundo le gusta viajar, eso es innegable. Lo que varía son las motivaciones. Algunos viajan porque les gusta ir de compras, otros para visitar lugares famosos o simplemente para relajarse en hoteles confortables. Para otros, viajar tiene un significado diferente: un viaje de autoconocimiento y experimentación. Los que pertenecen a este último grupo aprecian un tipo de turismo que se está desarrollando cada vez más: el turismo comunitario.
Partiendo de un concepto relativamente reciente -surgió en los años noventa, pero ha cobrado mayor relevancia en la última década-, el viajero puede disfrutar tanto de la convivencia con las gentes y los recursos naturales de los lugares que visita, como ejercer alguna actividad voluntaria que mejore la calidad de vida de la población local.
La idea es proporcionar un viaje que ofrezca una experiencia vital más profunda que los basados únicamente en el lujo o el consumo. El turismo comunitario es una alternativa al turismo de masas, y se preocupa más por la conservación del medio ambiente y las comunidades locales.
Alojarse en casa de un sertanejo de Chapada do Araripe, bañarse en el río con ribereños del Amazonas, comer una feijoada con quilombolas de Paraty o aprender cerámica con artesanos del Vale do Jequitinhonha son algunos ejemplos de experiencias posibles.
A pesar de la sencillez, la comodidad no suele faltar, ya que se acoge al turista como a un amigo que viene de lejos y se le invita a compartir los sabores, los conocimientos y la belleza locales, con una única condición: que esté abierto a nuevos aprendizajes y comparta un valor común, el respeto.
Al aportar nuevos conocimientos y nuevas sensaciones a los ojos de los turistas, que se marchan encantados de haber participado en una experiencia tan rica en significados, el Turismo Comunitario acaba logrando su principal objetivo, que es cambiar la forma de ver y tratar a las comunidades, a través de la interacción entre visitantes y visitados.
Algunos de los destinos más destacados del turismo comunitario en Brasil son:
Reserva Mamirauá, Amazonas – La Pousada Uacari, un albergue flotante, es la única opción de alojamiento en la reserva, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad. Además de los senderos por el bosque y los paseos en canoa, podrá conocer a las comunidades ribereñas y hablar con los investigadores que trabajan allí.
(Más información en: pousadauacari.com.br)
Proyecto Saúde e Alegria, Pará – A través de esta ONG, que trabaja en la región desde 1987, se pueden hacer excursiones en barco por los ríos amazónicos y visitar varias comunidades de la Reserva Tapajós-Arapiuns y la Selva Nacional de Tapajós.
(Más información en: turiarteamazonia.wordpress.com)
Quilombo Campinho da Independência, Rio de Janeiro – En esta excursión étnico-ecológica en una comunidad quilombola de las afueras de la ciudad de Paraty, podrá visitar núcleos familiares y vivir tradiciones locales históricas, como un círculo de baile al son de los tambores y degustar deliciosos platos típicos de la comunidad. (Más información en quilombocampinhodaindependencia.blogspot.com.br)
Red Tucum, Ceará – En esta red, formada en 2008 por 13 comunidades de la zona costera de Ceará, podrá alojarse en casas de huéspedes comunitarias o familiares y participar en senderos ecológicos, conocer las actividades agrícolas familiares y las fiestas culturales tradicionales locales.
(Más información en: tucum.org)
Acolhida na Colônia, Santa Catarina – En esta asociación de 180 familias de agricultores, podrá alojarse en el campo, aprender sobre agricultura ecológica, cría de animales, montar a caballo o en bicicleta e incluso aprender a hacer delicioso pan y mermelada caseros de la zona.
(Más información en: acolhida.com.br)
Del barro al Arte en Vale do Jequitinhonha, Minas Gerais – A través de una empresa social que opera en los ámbitos del turismo comunitario, el voluntariado y la artesanía, podrá vivir una inmersión cultural en la rutina de los maestros alfareros de la región y realizar talleres de cerámica con un conservador.
(Más información en: raizesds.com.br)
Fundación Casa Grande, Ceará – En este programa centrado en la educación de niños y adolescentes del interior de Cariri, podrá alojarse en las casas de las familias y disfrutar de las bellezas naturales y culturales de Chapada do Araripe, como visitas a granjas, molinos, imprentas de cordel, yacimientos arqueológicos y el museo dedicado a Luiz Gonzaga.
(Más información en: turismocomunitariofcg.wordpress.com)
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