La urbanización está formada por muchos componentes que contribuyen al desarrollo de lo que se entiende por civilización
La urbanización es el fenómeno que da origen a las ciudades. Aunque parezca simple y sencilla, esta frase encierra multitud de significados y trayectorias ocultas que corresponden a un largo proceso de conformación de la sociedad tal y como la conocemos hoy.
Aunque la construcción de las mayores ciudades hunde sus raíces en los pueblos nómadas de la prehistoria que se agrupaban para formar tribus, una de las palancas fundamentales de este proceso fue la aparición de la industrialización, cuyo embrión se encontraba en Inglaterra. Una vez consolidada la industrialización de las grandes potencias mundiales, los llamados países emergentes fueron siguiendo su ejemplo, en menor medida, a lo largo del siglo pasado.
Pero, ¿qué tiene esto que ver con Brasil? Todo. Para entender qué es el Brasil Urbano, es necesario comprender los espectros sociales, económicos, políticos y culturales que han influido tanto en la construcción de la sociedad como en sus consecuencias. Un ejemplo sencillo es la producción artística de un pueblo, pero esto se explicará mejor en breve.
En nuestro mundo urbano actual hay varias capas, y es difícil delimitarlas por categorías como «ricos, clase media, pobres». Por supuesto, hay representantes de cada una de estas tres categorías, pero lo que queremos decir es que también hay representantes menos obvios de más categorías, tan maleables como las personas que las componen.
Brasil ha pasado por tantos periodos diferentes que resulta difícil definir qué es realmente la urbanización, sobre todo si tenemos en cuenta que el territorio brasileño es muy heterogéneo. Un ejemplo es la concentración de hoteles de lujo en ciudades turísticas famosas y de pueblos rústicos en estados menos conocidos o con menor afluencia de turistas. Lo que une a estos dos arquetipos de ciudad es que ambas son productoras de cultura, economía, política y derivados y, por tanto, ¡pueden compararse y exaltarse de la misma manera!
La mayor densidad de población de Brasil se encuentra en la región Sudeste, que, a pesar de estar formada por sólo cuatro estados y ocupar únicamente el 10% del territorio brasileño, aglomera el 40% de la población nacional. Es en esta región donde se encuentran las dos únicas ciudades globales del país, São Paulo y Río de Janeiro, megalópolis que son puntos de intensa aglomeración urbana con niveles internacionales de alcance productivo. También están las metrópolis nacionales, responsables de establecer intensas articulaciones con todo el territorio nacional: Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, Fortaleza y Brasilia. También hay metrópolis regionales, especialmente Campinas, Goiânia, Manaus y Florianópolis.
La concentración de zonas comerciales y grandes empresas en las ciudades, donde el tiempo es oro, ha propiciado la aparición de los Food Trucks, para quienes no quieren perder una hora en comer algo antes de volver para la segunda parte de la jornada laboral. Desde los más sencillos a los más gourmet, los Food Trucks son una tendencia internacional y atraen a todo el mundo, ya sea por su practicidad, variedad o precio.
Dentro de este ámbito de producción, han surgido movimientos artísticos para expresar la manera de vivir en esta nueva sociedad que poco a poco se ha impuesto como medio de existencia dominante. Para ello, los artistas tratan de establecer el vínculo entre el desarrollo humano y el desarrollo artificial que, no por casualidad, es también el resultado de la acción humana. El movimiento musical Tropicália, por ejemplo, fue una unión de artistas brasileños cuyas obras criticaban, aunque indirectamente, la dictadura militar de 1964.
En tiempos más recientes, una de las principales formas de expresión artística urbana es el arte del graffiti, un estilo de pintura que transforma algunos espacios de la ciudad en verdaderas obras de arte, generalmente realizadas con pinturas en aerosol. Esta práctica puede llevarse a cabo por encargo del Ayuntamiento o por alguien que busque un poco de fama. Similar al graffiti, pero sin la fuerte tendencia artística, es el pixo. El graffiti, aunque al margen de la ley, no deja de ser la voz de una parte de la población que busca algo, ya sea un oído que escuche sus lejanas palabras o el reconocimiento de la propia comunidad como perteneciente al entorno en el que se inserta. Sobre este tema específico se puede buscar el documental Pixo (2009, João Wainer & Roberto Oliveira) que está en la plataforma Netflix, sobre la mentalidad de los grafiteros en la ciudad de São Paulo.
El graffiti puede tener varias finalidades y es de crucial importancia en los proyectos sociales. El propósito de algunas ONG que trabajan en las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo, como el Projeto Quixote, es seguir el modelo de las ciudades de Bogotá y Medellín, en Colombia, que crearon una ruta del grafiti por lugares considerados vulnerables y con altos índices de violencia, lo que permitió a varios jóvenes salir de ambientes hostiles, expuestos al narcotráfico, y poder ejercer su actividad de forma consciente.
La ciudad de Río de Janeiro alberga una gigantesca obra de grafiti: el mural Etnias. Desarrollado por el equipo del grafitero Eduardo Kobra en 70 días en el Puerto de Río, el mural fue catalogado en Guinness en 2016 como el mayor grafiti del mundo, récord que batió poco después en la ciudad de São Paulo. Por cierto, los interesados en este arte no pueden dejar de visitar Beco do Batman, en el barrio de Vila Madalena de São Paulo, que cuenta con una enorme diversidad de grafitis, realizados en paredes residenciales (con los debidos permisos de los propietarios).
Trasladándonos a otro continente, hacia el Reino Unido, Londres, al igual que São Paulo, es una de las ciudades europeas con mayor índice de graffiti y uno de los mayores (y más misteriosos) nombres del negocio: Banksy, artista británico cuyas obras están repartidas por todo el mundo y son una influencia global para graffiteros y diseñadores.
Al trazar el paralelismo entre la urbanización y su representación por la sociedad, volvemos al hecho de que Inglaterra fue uno de los precursores del proceso de industrialización. Su urbanización acelerada, aunque creó conflictos internos y externos, fue el modelo fundamental para muchas otras capitales mundiales que buscaban modernizarse y competir en el recién apalancado mercado capitalista.
Brasil, como país emergente, tenía su economía basada en los productos agrícolas y la exportación de café. Este escenario ha cambiado muy lentamente a lo largo de los años, culminando en la economía diversificada que tenemos hoy, siendo uno de los aspectos más fuertes de esta economía la industria del turismo, ya sea de lujo o no.
Los hoteles de lujo son una experiencia por encima de la media para el viajero y, en Brasil, se extienden de norte a sur. Estas construcciones, desde hoteles de lujo hasta pequeñas posadas, suelen apostar o bien por un alojamiento extremadamente tecnológico y deslumbrante que no escatima en humildad, o bien por una alianza entre lo rústico y lo nuevo, como es el caso de los hoteles que se encuentran cerca de la naturaleza, la playa, el desierto, etc. Como su nombre indica, este tipo de alojamiento es mucho más privilegiado que otros lugares, normalmente con vistas paradisíacas, gran variedad de servicios durante todo el día, eventos y todo tipo de extravagancias.
Promocionando lo mejor de la región, los hoteles de lujo suelen dirigirse a un público con mayor poder adquisitivo, que incluye personalidades locales y extranjeras. A menudo, la propia arquitectura del lugar es un indicio de lo que influye no sólo en el hotel, sino también en la región.
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