Con tantas influencias internacionales y multiculturales es difícil definir qué es realmente un estilo de moda latinoamericano. ¿Pero hay alguno? ¿Debe haber uno?
Entre las muchas contribuciones de la cultura latina al mundo, la moda es una de las más importantes, aunque poco comentada. Al hablar de moda latina, los mayores imaginan casi instantáneamente a la cantante y actriz portuguesa-brasileña Carmen Miranda y sus coloridos vestidos, así como su emblemático sombrero frutero.
Muchas otras figuras han aparecido a lo largo del tiempo en el universo de la moda latina, influyendo en la forma en que no solo nos vestimos nosotros, como representantes de un pueblo, sino también modelando patrones de indumentaria de todo el mundo. Un ejemplo es la estilista venezolana Carolina Herrera, responsable no solo de maravillosas prendas, sino también de perfumes y accesorios que se utilizan en todo el mundo.
Los estilos de profesionales con raíces latinas tienden a presentar colores más fuertes y vinculados a paisajes naturales, como vestidos pintados de verde que se asemeja a las hojas de la selva amazónica, por ejemplo, o bien un diseño que simula las aguas del Río de la Plata. Otros colores destacados son el naranja y el amarillo, ya sea para transmitir una idea de tropicalismo o de abundante fauna y flora.
Los colores, aunque fríos, como el azul, se refuerzan para adquirir ese tono más intenso. La intensidad, de hecho, es una constante que se ha vuelto más evidente. ¿Significa esto que los diseñadores latinos no pueden producir piezas más minimalistas o menos extravagantes? Claro que no. Pero todavía existe la percepción de que el estilo latino se basa exclusivamente en los sombreros o ponchos peruanos, algo que los nuevos talentos han demostrado ser una mentira. Otro problema es la evidente influencia de las marcas gigantes en el mercado europeo o norteamericano. ¿Cómo podemos esperar que una marca latina entre en conflicto con los poderosos del mundo de la moda? Un ejemplo es la Topitop (peruana), que ha tenido un crecimiento lento y gradual desde la década de 1980, incomparable con el crecimiento de otras marcas internacionales.
Hay grandes diseñadores independientes, como la uruguaya Clara Aguayo, que utiliza telas abandonadas por la industria textil de aquel país. Además, aprovecha cada centímetro disponible para evitar daños al medio ambiente. Otra increíble profesional es la colombiana Laura Laurens, que tiene como identidad de sus diseños la sostenibilidad y la inclusión, a partir de un análisis de la realidad social de su país. Alicia Contró (mexicana), Andrés Baglivo (argentino), Juan David Duarte (colombiano) o Idania Del Río (cubana), por mencionar algunos, son diseñadores que están llamando la atención con sus estilos.
¡Estos son ejemplos que muestran que hay un futuro brillante para la moda latina!